miércoles, 11 de mayo de 2011

Terapeutica de las enfermedades espirituales




Así como existe una psicoterapia que atiende los aspectos patológicos y disfuncionales de la mente, de igual forma también existe una pneumoterapia, una práctica de sanación de las heridas y enfermedades espirituales. Esta “terapia del espíritu” era aplicada a esos males espirituales que se denominaron “pecados capitales”, o más correctamente “pasiones” o “afecciones”. La pneumoterapia o la “terapia de los males espirituales” cuenta en su haber con toda una tradición de prácticas espirituales para sanar, dentro de las cuales cabe destacar la oración, el discernimiento de espíritus, el ayuno, la vida sacramental, el silencio, la vigilancia, la inmovilidad, etc. Esta práctica terapéutica formo parte de distintas tradiciones espirituales dentro del cristianismo, tales como la pneumoterapia patrística, la pneumoterapia monástica y la pneumoterapia humanista-renacentista, pues todas ellas forman parte de un continuum más o menos homogéneo que nos ha llegado hasta la actualidad, aun y cuando esta práctica haya quedado en desuso y sea poco conocida.

Tanto en la tradición griega como latina se cuentan con dos textos que vendrían siendo algo así como el DSM-IV de las enfermedades espirituales. Del lado de la tradición griega actualmente podemos encontrar un compendio denominado Filocalia, y de lado latino contamos con los Ejercicios Espirituales de San Ignacio de Loyola. Se trata de dos textos, el primero colectivo y el segundo de un solo autor, que compendia la clínica y la terapéutica de las enfermedades espirituales.

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